El estudio publicado por el Observatorio de Innovación en el Empleo (OIE), impulsado por Adecco, nos muestra que para el 64% de los jóvenes españoles, el salario no es un aspecto fundamental para buscar trabajo. En este mismo informe, el 42% afirma que su trabajo deseado habría de ser uno que le motivara, y seis de cada diez prefieren trabajar en una gran empresa porque ofrece más posibilidades de crecer profesionalmente.
Los millennials (nacidos en torno a la década de los 80 y principios de los 90) representarán el 75% de la fuerza laboral en 2025. De media, duran unos 28 meses antes de cambiar de empleo, y la mayoría de trabajadores que sale de una empresa lo hace por falta de oportunidades de crecimiento. Por todo lo dicho, la motivación y las posibilidades de promoción son dos de los principales estímulos para la población activa más joven. A pesar de las buenas expectativas que tienen los responsables de recursos humanos sobre los trabajadores jóvenes, se dan cuenta a la vez de lo difícil que es conservar el talento en las empresas.
Para la retención del talento más joven, ofrecer formación y planes de carrera es fundamental. Pero a la par, hay otros factores directamente relacionados que también influyen:
1. Aportar reconocimiento. Ofrecer información sobre el progreso del empleado.
2. Flexibilidad horaria. Permitir que el empleado pueda llegar al objetivo de forma lo más autónoma posible, y además le ayudará a aumentar su grado de implicación con el proyecto.
3. Bienestar. Esto está íntimamente relacionado con el punto anterior. Ofrecer jornadas flexibles, permitir el teletrabajo, al menos determinados días a la semana.Son iniciativas ampliamente valoradas por el trabajador por formar parte de su retribución emocional. Estas iniciativas son muy positivas y valoradas por el trabajador millenial.
4. Crecimiento. Se trata del hecho más importante para los empleados más jóvenes y ambiciosos.
Como conclusión, podemos decir que para impulsar las capacidades de los empleados resulta indispensable invertir en el crecimiento de uno de los mayores activos de cualquier organización: su capital humano.